Eduardo Lulli Arrarte
Patricia Benavides: restituida como fiscal suprema, pero con trabas políticas para volver a ser fiscal de la Nación
En mayo de 2024, Patricia Benavides fue expulsada del Ministerio Público por la Junta Nacional de Justicia (JNJ), de manera express, atropellando el debido proceso, bajo acusaciones de tráfico de influencias y corrupción, que están en investigación.
Con su salida, también perdió el cargo de fiscal de la Nación. Sin embargo, en junio de 2025, la misma JNJ anuló el proceso disciplinario, reconoció la falta de debido proceso y ordenó su inmediata reposición como fiscal de la Nación.
2. La diferencia que usan como excusa
Aunque la JNJ dispuso que recupere su plaza y “las funciones previas”, el sistema institucional permite que la Junta de Fiscales Supremos, dominada en buena parte por rivales internos, use una trampa procedimental: alegar que la reposición como fiscal suprema no implica automáticamente que vuelva a ser fiscal de la Nación. Este tecnicismo legal -cierto en el papel- se ha convertido en la excusa perfecta para retrasar su regreso al cargo principal.
3. ¿Quién manda realmente?
La ley es clara: la JNJ nombra y remueve fiscales supremos; la Junta de Fiscales Supremos elige entre ellos al fiscal de la Nación. Pero cuando la propia JNJ te restituye y señala que debes retomar tus funciones como Fiscal de la Nación, la lógica institucional dicta que se te reintegre tal como estabas antes de la destitución. No hacerlo, como está ocurriendo, revela que no estamos ante un problema jurídico sino político.
4. La reunión que no quieren resolver
El 12 de agosto de 2025, se convocó a una sesión extraordinaria para decidir si Benavides recupera el mando del Ministerio Público. El encuentro fue interrumpido y sigue pendiente. Mientras tanto, Delia Espinoza -la “fiscal de las velitas”- continúa en el cargo en calidad de interina, con el respaldo tácito de sectores de esa izquierda y caviares, que no quieren el retorno de Benavides.
5. Más que un debate legal, una pulseada política
El mensaje es evidente: los adversarios internos de Benavides no quieren devolverle el poder y están dispuestos a usar cualquier resquicio reglamentario para impedirlo. La resistencia no se basa en la legalidad, sino en el temor a que retome el control, reordene el equipo y revierta decisiones tomadas durante su ausencia, incluyendo cambios de personal que perjudicaron a quienes no se alinearon con la gestión interina.
6. Lo que está en juego
No se trata solo de un nombre o de un cargo, sino de quién controla el Ministerio Público en un momento en que investigaciones de alto voltaje político están en curso. La dilación favorece a quienes han capitalizado el interinato, y retrasa el cumplimiento efectivo de la resolución de la JNJ.
La dilación en la Junta de Fiscales Supremos no responde a la ley, sino a intereses internos y externos que buscan mantener el control del Ministerio Público sin Benavides.
Este caso evidencia cómo las pugnas políticas y las alianzas internas pueden torcer el sentido de una resolución que, en teoría, debería ser de cumplimiento inmediato.
El futuro de Benavides no se definirá por principios jurídicos, sino por quién logre imponerse en la batalla de poder dentro de la Fiscalía.